fibromialgicos

Visión de la Fibromialgia, desde el humor y la ciencia, comprensible para todos

25.2.06

TRATAMIENTO DE LA FIBROMIALGIA

Esta página podría ser la más corta de la web.....o la más larga.

Podría ser la más corta si nos ponemos en plan científico: los resultados de los estudios realizados indican que el tratamiento farmacológico aislado proporciona un escaso beneficio. Una respuesta similar se observa con los tratamientos alternativos. Osea, pastillitas, pocas y sólo de vez en cuando. No sólo no curan, sino que apenas mejoran y todas tienen efectos secundarios.

Podría ser la más larga si nos ponemos en plan humano: deberíamos hablar de su personalidad, de cómo afronta usted su vida, si merece la pena tanta preocupación. Hacia donde nos lleva el perfeccionismo. Qué conseguimos con tenerlo todo bajo control. Su exceso de responsabilidad ¿no llevará a hacer más irresponsables a los que le rodean?. ¿Es útil sufrir?.

Vamos a hacer un repaso de los tratamientos que se han empleado y sus resultados. Posteriormente os contaré lo que yo hago con mis pacientes y lo que pienso de los tratamientos que se aplican habitualmente.

Tratamiento farmacológico

Mis compañeros de fatigas del Hospital Virgen del Rocío y yo estábamos hartos de comprobar que, a la mayoría de los pacientes con Fibromialgia, se les trataba con tranquilizantes y/o Antiinflamatorios no Esteroideos. Para aclarar si esto servía para algo estudiamos a 164 pacientes que repartimos en cuatro grupos para ver cual mejoraba más. Sin que los pacientes ni nosotros supiésemos que fármacos les poníamos (esto es lo que se llama un estudio doble ciego) los dividimos en cuatro grupos: a un grupo le dábamos un antiinflamatorio por la mañana y un tranquilizante por la noche. A otro grupo le proporcionamos un antiinflamatorio por la mañana y un placebo (una sustancia inocua que no tiene ningún efecto) por la noche. A un tercer grupo le tratamos con un placebo por la mañana y un tranquilizante por la noche y, al cuarto grupo, le ofrecimos placebo tanto por la mañana como por la noche. ¿Qué pasó?. Que los cuatro grupos, al final del tratamiento, se encontraban igual, osea, no tratar con nada tiene la misma eficacia que los Antiinflamatorios no Esteroideos y los tranquilizantes.

El Tramadol (“Adolonta”), o cualquiera de los medicamentos opiáceos, son analgésicos bastante potentes, que han sido evaluados en la Fibromialgia. Efectivamente, se observa un cierto alivio del dolor, por lo que puede tomarse en determinadas circunstancias, pero no se puede estar tomando de forma indefinida. El problema de este fármaco está en sus efectos secundarios relativamente frecuentes, como náuseas, vómitos, estreñimiento o atontamiento.

Unos medicamentos muy empleados en la Fibromialgia son los fármacos antidepresivos, sobre todo los llamados inhibidores de la recaptación de la serotonina (“Prozac”, “Adofen”, “Seroxat”, “Frosinor”, “Motivan”) y los antidepresivos tricíclicos (“Anafranil”, “Tofranil”, “Tryptizol”, “Deprelio”). En diversos estudios se ha evaluado la eficacia y, hay de todo como en botica, desde pacientes que mejoran algo, hasta pacientes que abandonan el estudio por empeoramiento.

Otros fármacos antidepresivos estudiados han sido los inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO) como el “Lifril” con mejorías modestas y mayores efectos secundarios en el grupo tratado con este fármaco. La moclobemida tampoco ha resultado ser precisamente una panacea.
Tampoco la Ritanserina, un fármaco que bloquea los receptores tipo 2 de la serotonina, es precisamente una maravilla para los pacientes con Fibromialgia.

El Tropisetron, un inhibidor selectivo de la serotonina, se está investigando mucho en Escandinavia con resultados relativamente esperanzadores, aunque tampoco parece que los tiros vayan por ahí.

Como hemos visto anteriormente, muchos pacientes con Fibromialgia presentan una secreción disminuida de hormona de crecimiento que se traduce en síntomas como poca energía, capacidad reducida para el ejercicio, debilidad muscular e intolerancia al frío. Nuestro grupo de investigación y otro grupo en USA, hemos estudiado el efecto de la hormona de crecimiento en estos pacientes y, aunque los resultados no son concluyentes, se abre una puerta a la esperanza para algunos pacientes con Fibromialgia. Se han conseguido en algunos pacientes mejorías muy importantes aunque, desgraciadamente, no en todos.

Tratamientos alternativos

Para resumir, existen dos tipos de tratamientos alternativos: los serios y los de cachondeo.

En Medicina, siempre que hay una enfermedad en que la ciencia ofrece poco, aparecen sinvergüenzas que se aprovechan del sufrimiento y la falta de esperanza de estos enfermos para obtener ingresos económicos, a veces multimillonarios. Ofrecen tratamientos curativos, milagrosos, sin efectos secundarios que inducen a una persona desesperada por su enfermedad a probarlo (“¿y si fuera cierto que esto me curará?”). Desgraciadamente, se gasta el dinero en esas maravillosas hierbas, pulseras, aguas imantadas y un sinfín de porquerías similares, que incluso las venden por Internet y, además de no obtener ningún beneficio, tendrá su bolsillo más vacío. A usted sólo le habrá costado unas miles de pesetas pero, multiplicado por millones de enfermos...es una pasta que se la llevan unos desaprensivos.

Los tratamientos alternativos “serios” son los que ofrecen los psicólogos, fisioterapeutas, quiromasajistas, acupuntores, algunos naturópatas, homeóptas etc. Un buen trabajo por parte de un psicólogo puede ayudar mucho a los pacientes con Fibromialgia. Los fisioterapeutas tienen mucho que decir en esta enfermedad, sobre todo en el terreno del ejercicio físico controlado. Los masajes pueden aliviar mucho pero sólo se trata de un tratamiento sintomático aunque, en ocasiones, es absolutamente fundamental pues una buena contractura puede hacerle abandonar el ejercicio físico y limitarle mucho. Pero atención: estos deben ser muy suaves. Los masajes enérgicos pueden empeorar la contractura en estos pacientes.

Opiniones personales
Como norma general, no me gustan los medicamentos en la Fibromialgia. No curan nada, mejoran poco y pueden tener efectos secundarios. Por supuesto hay excepciones:
1. Tomar algunas vez algún analgésico, antiinflamatorio o un tranquilizante que ayude a dormir puede estar bien PERO COMO UNA EXCEPCION Y NO COMO LA REGLA.
2. Los antidepresivos, a mi juicio, no sirven en la Fibromialgia. Sí pueden ser eficaces cuando hay una depresión.
3. Los tratamientos en fase de investigación, como la Hormona de crecimiento, Melatonina, Tropisetrón, etc, son sólo eso: medicamentos en investigación. Quizás no sean la panacea pero pueden ayudarnos a conocer mejor la enfermedad.
4. Las múltiples terapias que pretenden relajar la musculatura, tampoco son eficaces a largo plazo. Se obtiene beneficio inmediato pero poco duradero. Un buen masaje le aliviará, un baño de agua caliente le sentará de maravilla, una temporadita en un balneario parecerá milagroso, unas cuantas sesiones de acupuntura le pueden servir etc, etc, etc. Pero la cuestión fundamental en esta enfermedad no consiste en relajar la musculatura que usted contrae, sino en conseguir que no se contraiga y, si la pone en tensión, tener una musculatura lo suficientemente resistente como para soportar esa tensión excesiva a la que la somete.
Tres puntos son fundamentales para conseguir un alivio significativo y una mejor calidad de vida:

1. Cambiar conductas negativas, que sólo nos hacen sufrir. Aprender a evitar el sufrimiento inútil.
En medicina, se consiguen curar muchas enfermedades cuando se conoce el origen de las mismas y se quita el origen. En su caso, su forma de ver y sufrir la vida es un punto central, aunque no único, en la génesis de la enfermedad. Así que, lo primero que hay que hacer, es intentar cambiar un poco esas conductas: “se tiene que acostumbrar a ser un poquito más pasota”, tiene que aprender a ocuparse de sus cosas sin preocuparse por ellas. Muchas veces, la ayuda de un psicólogo puede ser muy interesante. Recuerde una cosa: el mundo que le rodea, no va a cambiar para no darle preocupaciones. No ponga su bienestar en manos de los demás. No espere que nadie la haga feliz. La posibilidad de ser feliz radica única y exclusivamente en usted.

2. Aprender a relajarse
Cuando empezamos a aprender algo nuevo, como escribir, conducir un auto, etc, tenemos que pensar cada cosa que hacemos: primero pongo el pie en el embrague, ahora meto la primera llevando la palanca de cambios a la izquierda y después hacia delante....... Cuando hemos conducido durante cientos de horas ya no tenemos que pensar en lo que hacemos, LO HEMOS AUTOMATIZADO de tanto repetirlo. Así sucede en todas las actividades de la vida diaria.

Pues los pacientes con Fibromialgia, de tanto mantener a sus músculos en tensión, HAN LLEGADO A AUTOMATIZAR LA TENSIÓN. Así, incluso en circunstancias en que deberían estar relajados (en el cine, en una cena agradable con amigos) sus músculos siguen en tensión.

Os propongo que, ahora, automaticeis la relajación de los músculos. Es difícil y cuesta mucho trabajo, pero merece la pena. Tenéis que hacer consciente a cada minuto que estáis contraídos y debéis relajaros. Cuando lo hayáis hecho cientos de veces, lograreis automatizar la relajación muscular. Una ayuda magnífica, la podreis encontrar en el libro que he comentado previamente de María Jesús Alava Reyes "La inutilidad del sufrimiento".

3. Gimnasia
Cuando una persona va al gimnasio por primera vez, si se dedica a hacer toda la gimnasia que no ha hecho en su vida en una sola sesión, al terminar, le duele todo y está agotado. Pero imagínese que, esa misma persona, va al gimnasio diariamente durante dos años. ¿Qué sucederá?. Pues que será entonces capaz de hacer el doble de lo que hizo el primer día, y ya no le dolerá ni se cansará. Eso se debe a que ha preparado su musculatura para soportar mayores tensiones.

Eso mismo le sucedería a usted si fuese al gimnasio durante dos años: su musculatura estaría mucho mejor preparada para las tensiones a las que usted le somete. Pero ¡¡¡¡cuidado con el ejercicio que hace¡¡¡¡. Su musculatura ya está tensa y, como haga un ejercicio mal dirigido, le dolerá mucho más de lo que le dolía. Yo le aconsejaría que durante los primeros meses esté asesorada por profesionales sanitarios (sobre todo reumatólogos y fisioterapeutas). Cuando ya esté en forma y sepa hacer los ejercicios correctamente, ya los podrá hacer por su cuenta....y PARA TODA SU VIDA.

Parte de mi trabajo lo desarrollo en un gimnasio, donde pongo los ejercicios de forma personalizada a cada paciente y mi fisioterapeuta se los enseña. Pero aquí no voy a poner ninguna tabla genérica ya que esto no sirve de nada. Hay que tener en cuenta muchas cosas: si hay una artrosis u Osteoporosis añadida, si tiene bien los pies, si padece de corazón, obesidad, Hipertensión Arterial etc. Ninguna tabla genérica le serviría. El ejercicio hay que personalizarlo. Lo que sí puedo hacer es darle algunas normas generales:

Hay que empezar muy despacito e ir aumentando poco a poco. Debe tener muchos descansos intermedios. No conviene hacer pesas, por lo menos en los primeros meses, sino ejercicio aeróbico (andar en cinta, bicicleta, etc), estiramientos y ejercicios de movilidad general. Cuando pasen algunos meses es posible que ya pueda comenzar a hacer ejercicios con pesas que tienen que ser con poco peso y series largas para aumentar la resistencia del músculo al esfuerzo. La regla de oro de la gimnasia es “sin prisa pero sin pausa”. La constancia es lo fundamental.

La piscina tiene ventajas e inconvenientes. En primer lugar, el agua suele estar fría o templada y ese frío hacer contraer más la musculatura. Además, nadar sobrecarga bastante los músculos, sobre todo si no se tiene un buen estilo. Sin embargo, lo que funciona muy bien, son ciertos ejercicio dentro de agua caliente que le pueden proporcionar una mejoría importante. Estos ejercicios deben ser enseñados por un monitor o un fisioterapéuta. De cualquier forma nunca olvide que, antes y después de los ejercicios en el agua, debe hacer estiramientos.
No espere milagros en los primeros meses, pero al cabo de 7-8 meses de ir regularmente al gimnasio (por lo menos tres o cuatro veces en semana), será otra persona.
Y, como diría mi Hijo pequeño, cododín cododado ezte cuento za cabado.